Durante la década de 1970, las guerrillas buscaban afianzar su liderazgo y legitimar su presencia en la vida social y política de Colombia, buscando influencia a través de ganar la simpatía de los sectores campesinos del país. Como respuesta a estas movilizaciones guerrilleras, el Estado colombiano desarrolló, acogiendo la estrategia norteamericana llamada "Doctrina de la Seguridad Nacional", varias acciones concretadas en distintas etapas: el Plan Lazo (1962) mediante el cual se intentó asfixiar militarmente los últimos reductos de las guerrillas liberales no desmovilizadas, además de los nuevos grupos armados de tendencia marxista-leninista. Ante la nítida constitución y accionar de grupos guerrilleros de izquierda que empezaron a hacer presencia en lugares apartados donde el estado colombiano no la ejercía, tales como las FARC, el ELN, el EPL y el M-19, se elaboró el Estatuto de Seguridad y Defensa de la Democracia, expedido en 1978, el cual contenía los fundamentos para combatir a los grupos guerrilleros mediante la organización de la "defensa nacional", mecanismos para garantizar la "defensa civil" y la creación de "autodefensas". Con base en dichas normas, los encargados de la fuerza pública colombiana adiestraron, adoctrinaron y dotaron de armamento a civiles en áreas de conflicto con la finalidad de que la ciudadanía se involucrara en el conflicto armado y ayudara a las fuerzas de gobierno a derrotar a los grupos insurgentes.
Ante las críticas presentadas nacional e internacionalmente frente al Estatuto de Seguridad, debido a su contenido invasivo en el tema del respeto de los derechos humanos y la involucración de civiles en el conflicto interno, el estado colombiano desarrolló la Estrategia del Conflicto de Baja Intensidad en 1982, el cual demostró su ineficacia para responder a la amenaza representada por el aumento del accionar de los grupos ilegales de izquierda y los nuevos grupos ilegales de derecha. Este incremento, traducido en mayor cantidad de acciones bélicas, atentados y masacres, se logró mediante la infiltración del negocio del narcotráfico como medio de financiación. Los grandes capitales obtenidos de este negocio, primero recaudados mediante el cobro de cuotas a los grupos narcotraficantes por el uso de rutas, insumos y campos para el cultivo, llevaron a que los líderes guerrilleros y paramilitares se apropiaran del negocio, en la medida en que el estado incrementaba la persecución a los actores de este negocio ilegal, y obteniendo un fortalecimiento de estos grupos en magnitudes nunca antes vistas. El Plan Colombia en 2001 permitió recaudar los fondos económicos que permiten actualmente operar la Política de Seguridad Democrática que inició en 2002, con la cual se ha modernizado la fuerza pública, se ha aumentado el pie de fuerza en el país y se pasó de un cambio estratégico de posición defensiva hacia abierto contrataque contra los grupos irregulares.
En la víspera de las festividades navideñas de 2010 en las selvas del Guaviare y Meta cayó abatido en una operación de la Policía Nacional de Colombia el narco-paramilitar Pedro Oliviero Guerrero Castillo alias "Cuchillo". Con base en información de inteligencia, las autoridades lograron establecer que 'Cuchillo' y varios de sus hombres estaban reunidos el 25 de diciembre cerca a Mapiripán (Meta) celebrando la Navidad. A las 12 pm salió, disparó su arma al aire y bebió wisky, minutos después en medio del festejo fueron sorprendidos por las autoridades. Varios de sus lugartenientes fueron capturados en la operación; Guerrero logró huir con 2 de sus lugartenientes, aparentemente cayó ebrio a un caño, el peso de las armas, radios y botas no le permitieron flotar y así murió, posiblemente ahogado. En la mañana del 29 de diciembre de 2010 se encontró un cadáver que horas después se confirmó correspondería al otro narcotraficante.
Como siempre suele suceder en estos casos el estado laico participa precariamente en la debia atención a las victimas, es solo un episodio más de impunidad, si tomamos en cuenta que la justicia y paz en Colombia no tiene cabida en nuestra sociedad manchada por la desigualdad y la violencia.
ResponderEliminarCuchillo no es el único y no debe considerarse un "logro" de la fuerza publica por su abatimiento. Los crímenes contra la humanidad perpetrados por los paramilitares son infinitos y muchos de ellos aun están y seguirán estando en la impunidad. Es importante contar con estrategias mas eficaces en la lucha del conflicto para acabar con todos aquellos que lastiman y atentan contra la vida.
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