domingo, 21 de octubre de 2012

Descripción



Existe una gran problemática que ha transcurrido por años en el territorio colombiano, acabando con la libertad, con los derechos y con la vida del pueblo; problemática que se presenta desde dos ángulos: el del paramilitarismo y el del papel del gobierno frente a éste, pero que, por tenernos a nosotros en el medio, no podemos ser indiferentes ante sus acciones.

El derecho sobre la conducción de las hostilidades (Ataque militar de un ejército o grupo armado contra otro, que denota enemistad, aversión, oposición, antipatía; conflicto armado entre pueblos o ejércitos) regula y limita los métodos y medios bélicos(es un adjetivo que permite hacer referencia a aquello perteneciente a la guerra) que pueden emplear las partes en un conflicto armado. Su finalidad es establecer un equilibrio entre la acción militar legítima y el objetivo humanitario de reducir el sufrimiento humano, sobre todo de los civiles. 

Este blog también incluye imágenes, información, apoyo audiovisual, opinión entre otros elementos, sobre el reencuentro histórico y la problemática del paramilitarismo en Colombia viéndolo desde la perspectiva de la Psicología Política.

2 comentarios:

  1. Este grupo armado sin duda causo grandes daños en la imagen del país, aunque su creación supuestamente fue para proteger los intereses y el capital de los campesinos con el pasar del tiempo se vieron involucrados en asesinatos y narcotrafico los cuales desvirtuaron su procedencia. Con la desmovilización seguramente la mayoría de sus integrantes activos abandonaron por completo las armas pero una minoría sigue en la delincuencia y estas son unas de las secuelas que dejo este grupo subversivo. Buen articulo, muy completo!!

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  2. Para entender el fenómeno de las AUC en Colombia, es necesario conocer la historia de nuestro país antes, durante y después de los paramilitares en Colombia, pero esa enseñanza no debe ser basada en el simple acto de contar un relato, sino que el mismo debe fundamentarse en la idea de conocer, enseñar y garantizar que el padecimiento de nuestra patria no volverá a repetirse.

    No obstante, esa tarea no se le puede dejar sólo a un estado (que cada vez parece ser más débil y flexible), sino que en ese proceso de garantizar un futuro bienaventurado para Colombia, deben intervenir los padres de familia, las escuelas y una sociedad que sueña con la paz en su patria, que encaminen a los estudiantes, hijos, sobrinos e infantes por el camino de la ideas en pro del porvenir ciudadano y ante todo por el camino del bienestar.

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